viernes, 3 de enero de 2014

Derbi, querido derbi


 Barcelona tiene un color especial. Igual que es casi imposible leer esa frase sin entonarla o tararearla (si, la auténtica es Sevilla), es entender la ciudad de Barcelona sin “su” Xtream Team-Picatostes o el Picatostes-Xtream Team. Y es que Barcelona, ciudad que guarda tantos secretos por sus rincones y esquinas, está ante uno de los momentos grandes de “su” año. Es el deporte catalán llevado a la máxima potencia. A su máximo esplendor. Es el culmen de todo. Es “patrimonio íntimo” de una de las ciudades más acogedoras y más poderosa del mundo. Es el partido de fútbol. No hay nada que se le parezca en esta bendita ciudad. Entre el incienso y la belleza de quiénes portan esos esbeltos trajes de castellers, llega el derbi catalán.

Muchos, o la mayoría, no sabrán el porqué eso de la palabra “derbi”. Pues bien, la acepción ‘derbi’ proviene del término inglés “Derby”, nombre de una famosa carrera de caballos, fundada por el Conde de ese título. Es todo encuentro futbolístico entre dos equipos cuyos seguidores y aficionados o clubes mantienen permanente rivalidad deportiva. Curioso. Pero de ahí me quedo con dos palabras “permanente rivalidad” que muestra a las claras lo que se vive durante esa semana en los bares y diferentes tertulias, esos cuarenta y pico minutos de juego donde no se da medio balón por perdido y el post-derbi con sus alegrías y con sus penas.

Ya suenan los tambores de guerra. Los guerreros esperan el primer toque de trompeta para lanzarse hacia la conquista del ‘enemigo’. Familiares, parejas, amigos, divididos. Todos arriman el hombro para conseguir que su rival doble las rodillas. Nada importa casi. La ciudad se para. En la calle, hasta los semáforos se visten de verde y de rojo.

Sufrimiento, pasión, entrega, nervios, esperanza, ilusión, sentimientos. El estado de ánimo resumido en un partido de fútbol. No hay favoritos ni las estadísticas pueden vaticinar lo que puede pasar. Hubo un sabio una vez que dijo aquello de que un ser humano debe realizar tres cosas en la vida para sentirse realizado com persona: Plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo. Yo le añadiría una cosa más: Vivir un derbi catalán. No hay nada que se le parezca. Es un intenso orgasmo. Una vivencia casi indescriptible.

Disfrutemos de lo que nos espera y que, por supuesto, los puntos se queden en nuestra casa. Esto está aquí ya.Que ruja el Rocafort y que Barcelona siga siendo igual de bonita que siempre. Gracias madre, por haber nacido en esta bendita ciudad y gracias padre, por haberme inculcado estos valores deportivos. Suerte y al lío Xtream. Hay mucha tela verde que cortar…

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